ADIÓS FACUNDO CABRAL, EL MENSAJERO DE LA PAZ

Por Marco Osorio Abella

"Cuando un pueblo trabaja Dios lo respeta. Pero cuando un pueblo canta, Dios lo ama".

Un representante del mundo, cantante universal, creyente del Dios Todopoderoso a quien entregó su vida desde muy joven, al igual que la madre Teresa de Calcuta a quien admiraba totalmente por su obra, Facundo a través de su música nos permitió ver que el amor al prójimo es una condición obligatoria para vivir en paz en este mundo.

Hombre de muchas batallas desde que nació…hasta que lo mataron, murió en un país donde se le ama y al cual el también amaba, es más, murió en una estación de bomberos cumpliendo el deseo manifestado en su canción “Yo quiero ser bombero”, pues claro que fue bombero, su música apaga la tristeza y te permite alcanzar niveles de esperanza incalculables.

Anda Facundo a la par de los grandes, ya era el tiempo de descansar, te tocó en Guatemala despedirte, gracias por ese privilegio, la forma como te fuiste no la puedo aceptar, pero lo importante es que vos ya habías vivido lo que Dios te permitió vivir y hacer mucho por tus semejantes, que son miles de miles, que privilegio que tu sangre halla regado la lucha contra la violencia en mi país, por que hoy mas que nunca tu voz sonará incansable, pues quienes no te conocían ahora te conocen, y conocen tu amor por Jesús, de donde fluyen ríos de agua viva, tu música estará siempre en nuestros corazones y será un legado para nuestros hijos, pues no todos los artistas le cantan a la vida al amor, a la realidad como vos.

Y a mi Guatemala, que se desangra entre pandillas, narcos y otras fuerzas oscuras, guiadas por el enemigo, este martirio debe servirle como ejemplo que cuando un amigo ama es capaz de dar su vida. Tené por seguro amigo que ese tizón que dejaste jamás se apagará. Hasta siempre Facundo.

"Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor".